VÍDEO-RÉGIMEN. Coleccionistas en la era audiovisual es un proyecto de Screen Projects comisariado por Carles Guerra que reúne a los mayores coleccionistas de videoarte en España y que muestra una destacada selección de piezas de artistas internacionales con el objetivo de poner en valor la emergencia de un nuevo coleccionismo específicamente dedicado al vídeo y su compromiso con la cultura contemporánea. La exposición se acompaña de una publicación y unas jornadas sobre el coleccionismo.
El vídeo, tal como le ocurrió a la fotografía a finales de los años 80 y principios de los 90, ha hecho gala de una rápida asimilación en el sistema del arte. Si la fotografía vio cómo se la equiparaba con los patrones de valorización propios de la pintura, el vídeo tampoco ha sido ajeno a una rápida incorporación al mercado del arte. Y no sólo eso, sino que sus condiciones técnicas están alterando las características de los nuevos proyectos museísticos. Las transformaciones introducidas por esta nueva tipología de obras han sido rápidamente naturalizadas por las instituciones del arte propias del siglo XXI.
Carles Guerra, artista, crítico de arte y comisario independiente ha reunido diversas obras procedentes de colecciones privadas. Los vídeos y las entrevistas realizadas a un buen número de coleccionistas de nuestro país dan cuenta de los términos con los que se asimilan las peculiaridades de este medio que desde los años 70 se incorpora masivamente al sistema del arte.
Las obras y las conversaciones grabadas se exponen unas al lado de otras en las salas del Museo Lázaro Galdiano, de modo que comparten el mismo soporte audiovisual y sugieren que la producción artística asociada a este medio y los debates acerca de ella discurren por los mismos canales. Los fondos del Museo Lázaro Galdiano se convierten así en el escenario de una colisión de régimenes estéticos que pone en evidencia algunas de las transformaciones más recientes en el campo del arte, en el que las obras promueven temporalidades alternativas así como nuevas formas de concebir el patrimonio, cada vez más cercanas a una economía de carácter inmaterial.
Las obras de Eulàlia Valldosera, Itziar Okariz, Allora & Calzadilla, Mario García Torres, Willie Doherty, Zhou Tao, Allan Sekula, Bruce Nauman, Erick Beltran, Javier Peñafiel, Patricia Dauder, Francis Alys, Fiona Tan, Douglas Gordon, Paul McCarthy, Ignasi Aballí, Gilda Mantilla y Raimond Chaves y Emily Jacir despliegan los múltiples usos del vídeo: desde las prácticas documentales al testimonio de acciones artísticas, así como distintas versiones del videoarte. Las colecciones a las que pertenecen estas obras actúan como contenedores que influyen abiertamente en el valor y los significados originales de cada pieza. A través de ellas, unos promueven activismos de distinto signo y otros se decantan por configuraciones de la colección más personalizadas.
En cualquiera de los casos, la economía de acceso al vídeo ha propiciado la creación de conjuntos patrimoniales con una logística de almacenamiento y distribución mucho más ventajosa que la de otras modalidades de objeto artístico. Entre los numerosos coleccionistas que han contribuido a este proyecto se encuentran Alicia Aza, Teresa Sapey, Juan Várez, Estefanía Meana, Roser Figueras y Josep Inglada (Cal Cego), Josep Maria Lafuente, Han Nefkens, Ella Fontanals-Cisneros, Enrique Ordóñez, Emilio Pi & Helena Fernandino, Carlos Rosón, Sisita Soldevila, Carlos Vallejo y Wendy Navarro, Jaime Sordo, Joan Bonet y Ernesto Ventós.
Carles Guerra habla sobre la exposición: