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Maider Aldasoro, Charlotte Nordgren Sewell, Elisa Pardo Puch, Mayra vom Brocke, weecolors. ‘Una exposición oral’

24 noviembre 2023 — 11 enero 2024

Maider Aldasoro, Charlotte Nordgren Sewell, Elisa Pardo Puch, Mayra vom Brocke, weecolors. ‘Una exposición oral’
Maider Aldasoro. Still of 'Axila que robo sobaco’. Image courtesy of the artist.

Ella ha aprendido a escupir y se entretiene dejando pequeños charcos de saliva que esparce con la mano o con el pie. Ahora se sienta en mi regazo, mirando hacia mí, entrelazadas, alarga las manos hacia mi cara y me pone los dedos en la boca, me quiere coger la lengua, tocarla, estirarla. Es raro y molesto, pero la dejo explorar, los dientes, los labios, la saliva. Saca su lengua hacia fuera, dice aaaaaaahhhh sonriendo, insistente, quiere que nuestras lenguas se toquen. Alguien dice que eso no está bien, que hay demasiadas bacterias en la boca. Pienso en cómo salió de adentro mío hace poco más de un año, en cómo sigue alimentándose de mí cada día cuando mama, leche, que sale de mí y que mi cuerpo sigue fabricando y me sigue pareciendo mágico. Dice las primeras palabras, mamá, teta, agua, no. Nuestras lenguas se tocan y se hacen cosquillas.

Una exposición oral parte de la lengua como un órgano, un músculo de la boca, como un miembro o una extremidad que gesticula en la oscuridad y la humedad de la cavidad bucal y que comunica exterior e interior enlazando nuestro cuerpo con el entorno. Una exposición oral quiere penetrarnos mientras penetramos en ella y en cada uno de los proyectos que reúne; invita a chupar, a chorrear, apela al cuerpo al corazón a la carne, rehúye el ojo —la mirada— como único órgano posible para acercarnos a las prácticas artísticas. Si los ojos son como dos canicas atadas por un hilo a nuestra cabeza, la lengua es un pedazo de carne que vive en la cueva oscura, húmeda, llena de olores, bacterias, rastros de nuestras prácticas alimentarias, sexuales, amorosas, tóxicas, líquidas, y que sale para hacer sonar el aire contra los dientes, contra el paladar, que se mueve para lamer succionar saborear dar placer e irreverencia, que hace que la boca no sea sólo un agujero sino la guarida de la bestia, que no sea sólo un orificio o una entrada, también un canal de salida, flujo, umbral; un punto de encuentro, de contacto, de sabor, de placer, la posibilidad del erotismo.