En la película Les statues meurent aussi, Resnais y Marker se preguntan porque unas obras, (el arte africano o arte negro que decían) se encuentran en el Musée del Homme, el museo de antropología, y en cambio otras, como las de arte griego clásico y romanas, se exponen en el Musée du Louvre, el museo de arte. Cada museo las inserta en un contexto y una genealogía diferentes: la historia del arte occidental, o la historia de la humanidad y consecuentemente de la alteridad. El museo: el lugar de las categorías. Intuimos que en un museo y en el otro los efectos y las consecuencias de la muerte son diferentes.
Ariella Azoulay con Un-Document. Unlearning Imperial Plunder, (2019) parte del trabajo de Resnais y Marker situándolo en el contexto presente, para hacer una crítica y defender que estos objetos, esculturas o estatuas saqueadas en las exposiciones imperiales, en realidad, no mueren. Un-Document. argumenta que hay una fuerte conexión entre los objetos saqueados a los museos europeos y las demandas de solicitantes de asilo que intentan entrar a los países de sus antiguos colonizadores europeos. Los derechos de los indocumentados se inscriben en los propios objetos saqueados: los colonizadores no robaron solo estatuas, sino derechos inscritos en objetos. Aun así, las estatuas todavía viven y se pueden recuperar, y se pueden renovar los derechos inscritos en ellas.
María Iñigo Clavo es investigadora, curadora y profesora. Sus intereses de investigación son la colonialidad, el comisariado y la museología, la modernidad y sus invenciones de la alteridad, la intraducibilidad y el arte en América Latina. Su intervención propone una lectura en diálogo con el artista guatemalteco Benvenuto Chavajay Ixtetelá para pensar más allá de la polarización y essencialización y para compartir posiciones.
El proyecto se sitúa dentro del marco de la exposición Devenir inmortal y después morir, comisariado por Caterina Almirall en La Capella.