Estefanía Peñafiel Loaiza

Estefanía Peñafiel Loaiza trabaja a la manera de una arqueóloga. No le interesa aquello que está visible en una imagen, sino aquello que subyace detrás. Dejar un rastro o marcar algo son algunos de tantos gestos que interesan a la artista. De este modo, el rastro se relaciona continuamente con el recuerdo. Estefania Peñafiel Loaiza nos enseña que la memoria no es aquella de los momentos y de las conmemoraciones, sino aquella que no penetra en los libros de historia, que se susurra al oído. La creación es, ante todo, un acto político. Y sin embargo, no se trata aquí del arte panfletista que trata las temáticas de los acontecimientos actuales de manera literal. El arte debe transformar los acontecimientos tomando distancias. La ética, no la moralidad, es una base constante en su obra (…). Estas obras pueden dirigirse al colectivo para regresar mejor a nociones íntimas.