Una película sin ninguna intención. Después de Chantal Akerman

Una película sin ninguna intención se inspira en un breve fragmento ―de apenas unos segundos― de la película Les rendez-vous d’Anna de Chantal Akerman. La acción sitúa al protagonista solo en una anodina habitación de hotel. Anna acaba de entrar. Se dirige a las ventanas y, antes de abrir una de ellas, descorre una fina cortina para observar una ciudad industrial en el exterior. La escena no reproduce el guion original de la película. Si hubiera sido fiel a lo escrito, el mundo que la protagonista contempla desde la ventana se habría compartido visualmente con el público; no obstante, en última instancia, en las imágenes sólo podemos ver a la protagonista de espaldas, mirando hacia el exterior.