Una traslación de un encuentro que piensa cuidadosamente. Que se lee entre líneas, se mira a los ojos, que escucha el crujir del entorno con atención. Un esbozo, desde lo más mundano, de un encuentro, físico, reflexivo, simbiótico y situado.
Un paso de páginas como versiones de historias que se contienen en su sencillez, en su duración y continuación. Un espaciotiempo para convertirse en lo sugerido en cada paso. Una aceptación de la propuesta de subjetividad, actualizando una y otra vez la forma en que es recibido lo que se nos presenta, actualizando cada gesto y su pulso, en el tejido de figuras de cuerdas. Reconociéndonos en la condición de caminantes de senderos entrelazados.