Reynolds parte de la idea de que una película es siempre varias películas a la vez. Tiene un segundo estrato. Por un lado está la historia que se cuenta y por otro, un documento de las personas, del lugar y de la atmósfera que genera esta ficción. Las películas reflejan las decisiones del autor, pero son al mismo tiempo el registro de un momento en la vida de las personas y del paisaje puestos al servicio del relato. En vez de trabajar por el relato es el relato el que pone a trabajar los elementos que conforman la película. Reynolds se interesa justamente por este subtexto del documento fílmico.
En Billie y Nilo, Reynolds se pregunta, a través del retrato de un niño y su relación con los adultos, qué pasaría si se revirtiera la relación entre adulto y niño y fuera el adulto quien dependiera del niño siendo éste último quien tuviera el control y el conocimiento del mundo.