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Jordi Colomer

X-VILLE

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Artist
Jordi Colomer
Título
X-VILLE
Año
2015
Duración
23 min
Formato

Video installation, colour, sound, Master 4K

  • Producido por: LOOP Barcelona, Xarxa de Centres d'Arts Visuals de Catalunya*, Arts Santa Mònica (Barcelona), Jardins-Fabriques [Annecy], Fondazione Sandretto Re Rebaudengo(Torino) and CO producciones [Barcelona-Paris]
  • En colaboración con : ESAAA [Annecy], Fondation Salomon pour l'Art Contemporain [Annecy], Col.lecció Banc Sabadell, Frac Languedoc-Roussillon and Villeneuve la série [Grenoble].
  • Con los estudiantes de ESAAA (Annecy): Dorian ALLIBE, Diane AUBRUN, Marianne BARRIEU, Justine BLANC, Clément BOCHART, Mathilde CABAUD, Théo CARRIER, Marie CHAREYRE, Julien DELETRAZ, Margaux FAULCON, Martin GOURMAND, Cora GUITHON, Léa LAROUSSE, Mathieu LEDORE, Raphaël MENETRE, Jérémy NICOLAS, Ségolène NICOLAZIC, Sohyun PARK, PIERRZ, Léa POUPEVILLE, Gabrielle RITZ, Natacha ROTTIER, Dalal TAMRI, Emma THOLOT, Megan VEYRAT, Clément VIEILLE, Frédérique VIVET, Xu YAN
  • Narrador: Frédérique VIVET
  • :

Una utopía solo podrá ser realizable con el consentimiento colectivo
Entrevista a Jordi Colomer por Diana Padrón

“Nuestra época es una época de Utopías. Hay muchas: el American Way of Life, el Comunismo, los Derechos Humanos…”. De la mano de los textos de Yona Friedman (Utopies Réalisables, 1974), Jordi Colomer nos introduce en una ciudad X, una ciudad imaginada donde poder repensar la actual organización del tiempo y la vida. Lo hace por primera vez a través del formato de ensayo fílmico, si bien su trayectoria ha estado siempre marcada por la presencia de la cuestión urbana, la emancipación ciudadana y la idea de utopía (Las Ciudades, 2002; Anarchitekton, 2002-2004; No Future, 2006; L’Avenir, 2011). X-Ville ha sido realizado con la colaboración de un grupo de estudiantes y la participación de los habitantes de la ciudad de Annecy, en un proceso de producción que transciende la lógica de la representación y que ha posibilitado construir una experiencia colectiva real.

Inauguras con esta nueva producción del Premi de Videocreación donde colaboran diferentes instituciones como es la Xarxa de Centres d’Art Visuals de Catalunya, Arts Santa Mónica y el Festival Loop Barcelona. ¿Qué puedes contarnos de esta cierta tendencia a lo colaborativo que se presenta cada vez más como posibilidad para llevar proyectos adelante? ¿Es lo mismo trabajar colaborativamente que colectivamente?

Es la primera vez que se convoca esta idea de una producción colaborativa de un nuevo video que se presentará durante el Festival Loop. Yo creo que esto es algo que pertenece al aire del tiempo, no por casualidad debe coincidir con una época de crisis económica el hecho de que la gente reúne pequeños esfuerzos para lograr medios más importantes.El trabajo colectivo creo que es otra cosa. Este nuevo trabajo de video que presentamos parte de una interpretación de los textos Utopies Réalisables (1974) y Oú commence la ville (Manuels volume 1. 1975 – 1984) de Yona Friedman. En ellos Yona Friedman dice que las utopías nacen de una insatisfacción colectiva, y por lo tanto, tiene que haber una respuesta colectiva a esa insatisfacción común que nace de muchas insatisfacciones individuales. Lo colectivo es cuando se comparte esa insatisfacción y se comparte la búsqueda para encontrar soluciones. Hay una acción colectiva. Eso es lo que Yona Friedman llama una utopía realizable.¿Cómo surge la idea de hacer X-Ville? ¿Representa esta ciudad imaginada esa búsqueda de soluciones colectivas?

El proyecto X-Ville es bastante singular en mi trayectoria: por una parte por la duración, que se aproxima a la media hora, y por otra es la primera vez que hay una voz en off que va acompañando las imágenes que son extractos de los textos de Yona Friedman. Hay una pequeña introducción a partir de Utopies Réalisables (“Hay muchas utopías, por ejemplo: el Sueño Americano, El Comunismo y los Derechos humanos”), pero sobre todo me he basado en unos cómics que hizo Friedman en los años setenta y ochenta; «Los Manuales» (Manuels) que fueron traducidos a 20 lenguas y se difundían a través de fotocopias o en murales. Friedman señala que están abiertos a cualquier utilización con tal de difundir esas ideas. Hoy día se da la paradoja que son prácticamente inaccesibles. Lo cual me dio la idea de hacer una película para interpretar su trabajo, una peliculita, que tiene un formato casi televisivo. Me gustaría verlo como un capítulo piloto de una serie de seis o de diez capítulos no sólo sobre Friedman, sobre la idea de utopía, visitando diversos casos.

Elegí uno de estos cómics que se llama “Donde empieza la ciudad” (Oú commence la ville), que data de los años setenta. En cierta forma el ejercicio consistía en experimentar el formato fílmico para traducir ideas que tienen una intención abiertamente didáctica. Pero también una excusa para crear una situación colectiva, en el que la propia filmación de la película era un marco abierto en el que un grupo pudiera participar de muchas maneras.

¿Puedes hablarnos un poco del proceso de trabajo y de la experiencia con la comunidad de Annecy y los estudiantes de la escuela de artes (ESAAA) que han participado en esta película?

El proyecto se articuló en el marco de un taller que duró dos semanas. La primera de ellas estuvo centrada en conocer el trabajo de Yona Friedman y situarlo en un contexto, pero sobretodo a leer y debatir sus textos; y la segunda fue directamente un rodaje en el que los estudiantes se pusieron a efectuar todas las tareas: actuar, construir los decorados, o tomar el sonido, pero también decidir los elementos importantes que iban a entrar en juego. Como digo, había una primera parte de discusión teórica, y una segunda parte completamente práctica, de construcción colectiva de ese espacio fílmico, que era en realidad un espacio de representación. Pero en ese proceso, mientras estamos hablando de las ideas de Friedman y al tiempo arrastrando cartones y llevando verduras de un lado a otro, se estaba produciendo ese momento colectivo, construyendo literalmente X-Ville. Por otra parte, el taller estaba abierto a toda los habitantes que quisiera participar en el rodaje, formar parte de X-Ville, había carteles por las calles proponiendo esta participación.

¿Cuál fue tu papel durante este proceso?

Se trataba de animar los dibujos esquemáticos de Friedman, que son casi diagramas, interpretarlos y a partir de ellos crear situaciones abiertas, vivas. Finalmente todo esto se convierte en imágenes, así que cuidaba sobretodo de la construcción de las imágenes.

Yona Friedman utiliza a menudo materiales autóctonos en sus construcciones como fue el caso del Museum of Simple Technology de Madras (India), ¿cómo fue en vuestro caso la metodología que utilizasteis para construir X-Ville?

Tuve la suerte de conocer a Yona Friedman antes de iniciar el proyecto. Friedman insiste sobretodo en la improvisación como método de trabajo. En eso me siento muy identificado. A partir de los dibujos de Friedman, improvisábamos con cosas muy básicas: unos cartones, unas lechugas, unos espacios determinados y un grupo de gente. No había un plan de rodaje, sino una cosa que se iba construyendo, día a día. Puede verse literalmente por ejemplo en la escena en que se construyen la ciudad de chabolas, que se improvisó completamente, con una lógica de autoconstrucción y con materiales que se encontraban en el propio lugar, un antiguo almacén militar.
Me comentabas que en la primera fase del taller en Annecy, había consistido en leer textos de Yona Friedman, ¿nos podrías comentar que debates surgieron, que ideas se pusieron sobre la mesa?
Friedman afirma que una utopía necesita dos generaciones para ser realizada, a partir del momento en que es imaginada. Eso provocó muchas discusiones, pero en cierto modo nos dimos cuenta que el propio interés por Friedman y en general a cierto ideario de los años setenta correspondería a esas dos generaciones.

Ya habías ensayado la idea de utopía en otros trabajos, como es el caso de L’Avenir (2011), lo que sugiere la necesidad de imaginar futuros ante el escenario apocalíptico al que nos empuja la realidad actual. ¿Podrías hablarnos brevemente de ello?

Sin utopía es imposible imaginar el futuro. Hay creo, en este momento, un nuevo interés por revisitar las utopías históricas. En L’Avenir había hecho referencia a una utopía concreta que eran los falansterios de Fourier. Pero de nuevo se trata de una excusa para crear una situación colectiva que era la propia filmación. Fourier habla de una organización del trabajo alternativa, en la que cada día se cambia de actividad al menos 5 veces. Eso me parece muy interesante.

Efectivamente, la idea de “organización del trabajo” a menudo aparece en la literatura utópica, como concepto fundamental a la hora de pensar esa ciudad futura.

Fourier propone un sistema muy delirante que funciona como un reloj cósmico: a las 5:25 hay que levantarse para ir a recoger fresas, al cabo de una hora hay que ir a la biblioteca, luego a contemplar las palomas, y después hay un encuentro pasional… Creo que hay que rechazar esa idea de que las utopías son una cosa que no tiene nada que ver con la realidad, al contrario: plantean una crítica a nuestro sistema de división del trabajo. En Oú commence la ville, Yona Friedman habla de que hay una división también entre la ciudad y campo, que los alimentos llegan a la ciudad de una forma completamente artificial: la gente de la ciudad trabaja para ganar dinero y comprar la comida. Señala que hay una división extrema entre esos dos mundos, quizás superable y necesaria para que subsistan las grandes ciudades.Pero también es cierto que la nueva organización del trabajo neoliberal de alguna manera intenta incorporar estas ideas, quizás de manera perversa, a través de lo que se viene a llamar el “multitasking”…
Actualmente el capitalismo tiene esa capacidad de ingerirlo casi todo, lo cual no quiere decir supongo, que haya que plantear forzosamente las utopías desde fuera del capitalismo. Existe también esa idea según la cual la utopía se construye en un «afuera», un exterior, «otro» espacio. Los propios fourieristas proponían crear una nueva sociedad fuera de la ciudad, en ese lugar otro. En este sentido, me parece que Friedman es interesante porque plantea transformar las ciudades existentes y cambiar nuestros comportamientos sin tener que crear nuevas ciudades.

Yona Friedman estaba convencido de que una utopía podía ser realizable, pero para ello debía huir de las pretensiones universalistas y desarrollarse en micro-contextos ¿Qué piensa Jordi Colomer al respecto?

Las ideas de Yona Friedman pueden ser criticables, y precisamente se trata de eso: de intentar abordarlo en imágenes, en palabras, en situaciones… para tener esa distancia crítica. Quiero decir que las ideas de Yona Friedman deben tomarse sobre todo como un motivo para reflexionar, no se trata de una adhesión a su pensamiento.
Pero en cualquier caso, en esa idea de la micro-comunidad, es muy interesante. Los grupos pequeños se auto-organizan, para poder crear una estructura mayor. Podría verse – insisto – un paralelismo con la propia forma de organizar la grabación del vídeo.

Quisiera por último preguntarte por el escenario político en el que nos hallamos inmersos que no puede ser más desolador: azotados por los caprichos del capitalismo salvaje, perdidos en el desierto de las políticas públicas; parece imposible ser capaces de imaginar un futuro prometedor ¿Quería pedirte si podrías intentar dibujarnos una suerte de ucronía?

Ahora que estamos hablando aquí en las Ramblas de Barcelona…recuerdo que en los años posteriores a la muerte de Franco, en Canaletas, había corros de gente hablando y discutiendo de mundos posibles, de cómo quería la gente que se organizara la sociedad, de ideas…Hubo las famosas Jornadas Libertarias en el Parc Güell que reunió a unas 200.000 personas, se realizaron autoconstrucciones, como las hubo en la Plaça Catalunya con los indignados… ¿Qué podía haber pasado? Pues podía haber pasado que en vez de haber sufrido la dicotomía bipartidista, la gente se organizara por sí misma una vez muerto el dictador. Estaríamos hoy seguramente en otra fase. Pero estamos aún a tiempo. Hay muchas personas insatisfechas…por lo tanto la utopía es realizable.

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