Suspensión I

Suspensión I reinterpreta el arquetipo de una tierra exuberante y paradisíaca a partir de la imagen de la «cucaña» o «palo encebado», el juego popular colonial de la América del Sur. Encontramos un tronco de árbol de madera de balsa -típico de las selvas subtropicales de Ecuador- talado en medio de la selva amazónica, con ramas de donde cuelgan contenedores llenos de combustibles fósiles locales.

La imagen muestra un tronco ligero, pero fuerte ―el árbol balsa es, en efecto, el más ligero de su especie―, un tronco que se erige como «portador de los trofeos» del progreso moderno. Un paradigma energético que alimenta los sueños emancipadores de las sociedades modernas. Adrián Balseca se opone al afán de acumulación e individualismo característicos del capitalismo tardío y propone otras formas de vivir que incluyan la solidaridad, el colectivismo y la materialidad. Cuestiona, sobre todo, que la riqueza basada en la extracción de combustibles fósiles sea la única forma de poder.

La obra de Adrián Balseca tiene como objetivo utilizar técnicas como la representación, la narración o la interacción para resaltar las especificidades culturales de un lugar en particular. Fruto de una fascinación por los procesos históricos y por los materiales usados en la producción de bienes manufacturados, Balseca explora, en su obra, la relación y las tensiones que surgen entre la industrialización y la artesanía. Su trabajo implica a menudo la transformación de objetos cotidianos o de ciertas leyes civiles en otras formas materiales o experiencias legales. Estos proyectos ―desde pequeñas intervenciones hasta acciones a gran escala o video documentales―, tejen ideas sobre las economías emergentes, la naturaleza, el poder y la memoria social.